viernes, noviembre 17, 2006

Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez

Un lago eterno, un lugar que pregunta hasta dónde llegan tus sueños... "No dejéis nunca de soñar, porque en sueños el hombre es libre", decía Walt Whitman, y además muchas veces esos sueños se cumplen. Y vuelve a mi mente Argentina, el lugar dónde nací y del cuál mis recuerdos son vaporosos como sueños en los que se mezcla la imaginación, las historias, las fotos... Ahora estoy en la otra punta del mundo pero voy a volver, "volver con la frente marchita...sentir que es un soplo la vida que veinte años no es nada". Bueno quizás no veinte pero... ya me siento el aroma del asado con ese queso tan bueno... el dulce de leche... Buenos Aires y en Córdoba el agua del río, rápida que cuando era pequeña de vez en cuando me robaba mis sandalias de goma. Ya imagino las conversaciones eternas de la sobremesa, más acaloradas que las que se escuchan por Suecia. Y la luz, que ahora aquí se desvanece como un suspiro antes de las cuatro de la tarde. Que fiesta de sonidos, lugares, sabores vienen a mi mente y no me dejan dormir de la emoción. Recuerdos latentes desde mi infancia ansiosos por latir de nuevo. "Y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor"

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2 Comments:

Blogger Quique said...

Recuerdos del exilio. ¿No huelen, a veces, los recuerdos, a primavera? Eterno viajero, ¿dónde está mi sitio?

7:22 p. m.  
Blogger clara said...

Sí... o a jazmín. Quizás nunca paremos de viajar, quizás cuando paremos nuestra mente estara llena de lugares y personas inolvidables.

Gracias por el comentario!

7:29 p. m.  

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