Empezando por el final
A veces hay tanto que contar que solo se me ocurre dar las vuelta a las cosas y confiar en mi memoria para contar lo que he hecho hoy. La verdad es que no es algo que haces todos los días, caminar por un glaciar. Añadamos que es un glaciar llamado Perito Moreno (¿os suena?) y que hemos pasado caminando todo el dia. ¿Como explicarlo? Es hermoso. Como diría mi primo con elocuencia argentina. Es un mar de nieve visto de lejos o de cerca pequeñas montañas brillantes de hielo granizado. Por el hielo corren ríos de azul clarísimo, surgen de repente pozos de agua de cientos de metros de profundidad, otras veces entras en cuevas de hielo que convierten sus paredes de blancas a azules. Alrededor, viento frío pero como caminas no te quedas convertido en otra curiosa forma de hielo. Para caminar te atan una especie de patín a tu zapato (que no es un patín porque ahí vas directamente al fondo de la gruta de 300 metros) que en vez de cuchilla lo que tiene es unas garras de hielo de unos 10 cms que se agarran a la superficie como ningún otro calzad0 que haya visto. Cansa ehh cansa! De hecho unos abuelillos rusos entraron al barco y los guías se quedaron semiperplejos, y bueno, parece que se equivocaron de excursión. La verdad, nunca había visto algo igual, por eso resulta difícil explicarlo. Esperemos momentos de más lucidez. Por ahora me quedo con imágenes en mi cabeza de hielo con más hielo al fondo, torres blancas de hielo, cuevas y grietas profundamente azules en un paraíso solitario y hermoso.
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