La isla
Aún de madrugada, confundiendo la realidad con los sueños, se imagina que está en medio de una isla tropical entre plantas verdes. Cuesta distinguirse a veces del entorno, de pronto se confunde con él, quién es quién en realidad, quién habla, quién escucha, tal vez nadie ha dicho nada y sólo eran pensamientos. Y cuando lleva mucho tiempo en algún lugar lejano, de repente se imagina que es una prolongación de su país, no por patriotismo sino por familiaridad. Amanece y hasta las plantas despiertan, cambian de colores oscuros a verdes. Y quién entiende esa emoción repentina por las cosas. Que se subiría al cielo si pudiera. Igual que la otra porque ellas dos son en realidad las que más se confunden. Lo que dice una se sigue con el comentario de la otra como una misma cadena de pensamientos. Sí, seguro que la otra también piensa por las mañanas en que está en una isla tropical. Al fin y al cabo es fascinante cuando las almas se confunden.
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