Nada de nada
No he escrito hace tiempo. Quizás es que no había nada que contar. Y podría decirse que escribo por vicio. Bueno si eso fuera un problema...
Estos días llueve, no pasa nada, ni siquiera hace frío, sólo llueve. Y por lo demás se está bien. Tocando unos acordes una y otra vez a ver si se me quedan en mi cabeza sin tener que pensar, de la misma forma que queremos acostumbrarnos a ir al gimnasio automáticamente. Al final es eso, que no queremos pensar. Si al fin y al cabo algo hay de cierto en que tampoco hay que pensar demasiado. Ya se sabe que sin pensar se puede llegar a presidente del gobierno así que no os estreséis demasiado. Ni siquiera para hablar hace falta pensar, vamos hay quien habla y después piensa. También hay quien habla y después no piensa. Pero volviendo al tema, el blog iba de nada. Bueno... ¿creéis que se puede pensar en nada? El lenguaje confunde, también dicen que se puede no pensar en nada, ¿y qué quieren decir exactamente con eso?
La nada, mmm, dicen que en las galaxias, entre las estrellas, hay espacio vacío, donde ni hay temperatura, ni hay nada (¿o hay nada??). Uno no se fija en el espacio vacío porque lo que llama la atención son las estrellas. Sin embargo yo pienso más en la nada. Quizás porque tiene todas las posibilidades de ser. O por la sencillez de no ser. O tal vez por la magia de que sin ser podamos nombrarlo y convertirlo en algo. Como si fuéramos dioses creados de la misma nada que nos atemorizaba. O por nada...
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