Tal vez no fue la suerte
A veces sin embargo hace falta dejar de echar la culpa a la suerte y reconocer que hemos sido nosotros, nuestra determinacion que nos ha llevado a lograr algo.
Quiza baste un paseo bajo las estrellas de noches frias que aclaran nuestra mente. Y descubrir de pronto que esa parte de determinacion, casi cabezoneria, llega a tener su utilidad y que al final nos lleva a conseguir tantas cosas alguna vez soñadas.
La oscuridad pierde su tinta de pesadilla para convertirse en sueño. La profundidad del negro de la noche y, resaltando su belleza, luces navideñas, frío y los acordes de una guitarra.
Y olvidar si iba a escribir algo triste. Tal vez solo algo sencillo... como que las estrellas brillan y son los soles de quienes las miran.