martes, agosto 19, 2008

Letting the time go by


Here am I, letting the time go by, listening to Jack Johnson and breaking impossible tortillas. Never mind, can't make paella either if you were wondering. After a while one starts getting adapted to the Sweds, doing this strange things as baking, "fiking", "soling" and not speaking (but this is mostly because my Swedish is kind of crapy) but I still don't say my name when I answer the phone, because this is so incredibly funny for the spaniards that I just keep answering "Hola" when I answer here in Sweden (I know you guys get it...)
One of the worst things about learning a language is the humor, because even if you get the jokes it's hard to make them, I mean that you can make it but people will think it's serious and start worrying. But what's the point of making a joke and not pretending to be serious? So yes I think some people think I'm crazy, and I am writing this here today to let them know that...I DON'T CARE!
But yes it's lovely here now, watching the black birds fly together over the roofs, crossing the lakes with kayaks, letting the time go by...

(Some sun wouldn't hurt either, but I'll go to Valencia soon, the picture is from Mojacar, Almeria)

martes, agosto 12, 2008

Noruega


Como empezar para que me creáis... no os diría nada contar que las vistas eran espectaculares, quizás mejor imaginaos las montañas más altas posibles y pintadlas de un verde aterciopelado, mejor de muchos verdes distintos y acantilados de roca, añadidle luego múltiples cascadas que lleguen a vastos lagos rodeando las montañas. Luego daos cuenta de como los lagos forman una imagen especular de las montañas y las nubes, reflejando distintas imágenes a lo largo del día. Y ahí nos tenéis a nosotros, pequeñitos, con la boca abierta de no haber creído que algo tan impresionante existía fuera de la imaginación.
Pero como dicen, la realidad a veces supera la ficción y en este caso la superaba, desbordándonos con su belleza. Fuimos entre bosques, bajo lluvia, entre lagos, al nivel del mar y sobre las montañas, en el punto dónde el cielo se junta con la tierra y dónde la tierra se junta con el mar. Donde las montañas son tan grandes que da escalofríos saberse tan pequeño.
Así que cogimos las botas y caminamos entre montañas suaves y afiladas, nos tiramos esquiando sobre trozos de hielo que encontramos por el camino, lanzamos pan a las gaviotas para ver como lo cogían al vuelo y remamos por un lago de aguas de glaciar, de un celeste indescriptible.
Ese fue el viaje, como un sueño con colores reales, como los dibujos de un cuento de hadas que han escapado de su cuento.