¿Recuerdas aquel viejo barco que tanto quisiste?
Ya son las 11 y no se puede seguir tocando la guitarra. Bien por hoy a pesar de que con ciertas frases se pone la carne de gallina y entonces no importa la hora, ni importa nada. A veces la música cala muy dentro, cuando nos habla de nosotros mismos, de nuestros miedos, de nuestros deseos. Hay frases que nos tocan, empañan los ojos porque al final somos de los que creen todo, a pesar de que a veces no deberían, como unos pequeños Oliver Twists que no aprenden de la vida.
Y bueno que más da si al final somos felices. Terminamos gritando al son de bolero "Vamos a querernos toda la vida". A pesar de las estadísticas. Es cuestión de arriesgarse. De bailar con la vida. Dejar pasar el tiempo lentamente bajo nuestros pies mientras nos deslizamos al son de la música. ¿No se trata de eso, la vida?