Sí, esta es una estrella de las que se cuelgan por Navidades aquí por el norte, y claro es que si se pone el sol antes de las 3 del mediodía no te queda otra que colgar una estrella de medio metro en la ventana y hacer como si fuera el sol. Y eso hacen todos por aquí así que debe funcionar.
He estado un poco desaparecida del mundo pero es que estos últimos días han sido un poco surrealistas y no han sido alucinaciones de la gripe esta que llevamos semanas pasando del uno al otro con Johannes como una pelota de ping pong. Primero fuimos el sábado pasado a un ballet, El Cascanueces, y ya entendí por qué mi abuela adora a Tchaikovski. Ibamos con algunos amigos algo escépticos acerca del ballet y resultó que aunque algunas partes parecían sólo eso, un cuento de Navidad, todos nos quedamos anonadados cuando una pareja se puso a bailar. Es difícil describir cómo nos envolvieron en su baile, quizás fue la música o los movimientos de ambos que conseguían transmitir lo que es enamorarse.
Al día siguiente a eso de las 3 de la tarde fuimos a comer algo a una de las naciones, que suelen tener café y tartas. Antes de entrar nos pareció ver a unos vestidos de romanos y nos miramos con cara interrogativa, luego en las escaleras tuvimos que esperar las bajasen dos chicas con esquís puestos (un poco peligroso bajar escaleras con esquís y encima después de unas copas..) y sí, parece que en vez de café tenían un afterparty un poco largo.
A todo esto pillé yo la gripe de nuevo y me tocó volar a Roma con el trabajo. Llegamos con la tormenta. Esta que ha salido en las noticias que ha desbordado el río. Después de una noche de truenos por la mañana delante de nuestro hotel había un río en vez de calle. Así que allí estábamos, en un desbordamiento histórico. Ante eso hacer mi presentación fue pan comido y por primera vez en mi vida no me puse nerviosa.
Sí, esto ha sido mi semana... Luego fuimos ayer a un concierto de Lucía. Aquí se celebra Santa Lucía los días más oscuros del año, es decir ahora mismo. Este concierto era del mejor coro femenino de Uppsala que tienen voces increíbles. Cantaron algunas canciones navideñas en una iglesia pequeña, muy bonita, la más antigua de Uppsala. En algún momento se colocaron las chicas en distintos puntos alrededor de la iglesia y se podía escuchar la fuerza de las voces, literalmente llenando la iglesia. Y acabaron con Noche de Paz, en sueco, que es para mi la canción navideña más bonita. Nunca había visto a los suecos aplaudir tanto.
En fin ahora yo estoy bien y es Johannes el que tiene la gripe (otra vez)