8 meses después
Ocho meses!!?? desde que no escribo aquí... Hmm, seguramente ya nadie me lee pero bueno, como veis, me sentía inspirada. No, a ver, tengo excusa (yo siempre tengo excusa) estoy criando a un bebé de 9 meses y escribiendo un blog para él, con sus fotitos etc. Y sí, vamos a ver, es fantástico, pero no tengo tiempo, y antes cuando decia "no tengo tiempo" en realidad algo de tiempo tenía, a pesar de que en algún momento dado estuviera algo estresada con exámenes o preparando alguna clase... pero ahora cuando digo que no tengo tiempo es que el tiempo que uso para escribir el otro blog lo quito de mi tiempo de dormir (y eso sí que es sagrado, sobretodo porque mi hijito no duerme mucho).
Por otro lado no quiero cerrar este blog, porque si el otro blog va sobre Daniel, aquí me doy la libertad de escribir lo que pienso. Y por eso escribo hoy, porque quería contaros un poco de mis ideas, brevemente, entre el sueño y la poca capacidad de reordenar los pensamientos, os pido perdón anticipado por lo que van a ser pensamientos soltados libremente, poco coherentemente...
Vamos a ver, empezamos por dónde lo dejamos. Un bebé precioso, que se vuelve más precioso con el tiempo, que ríe, que adora a su mamá, que me tira del pelo y me mete las manos en la boca cuando le canto. No sé cómo explicarlo la verdad, no tengo las palabras. Lo adoro con toda mi alma. Es tal mi adoración que apenas ahora después de 9 meses- fuera de la tripa- empiezo a volver a ver el mundo, a mí, a nosotros, empiezo a ponerme en perspectiva.
Para explicarlo a los que no tienen hijos, una pasa tanto tiempo con el bebé colgado que te conviertes naturalmente en una mamá, eres la mamá de Daniel y pierdes un poco de tu "yo" de antes, en el sentido de que no tienes tanto tiempo para pensar, ser tú misma, hacer las cosas que hacías antes. No lo digo como algo negativo, es diferente, pero tienes que volver a definirte, a formar una identidad propia junto con la nueva identidad.
Pero ahora quizás lo empiezo a ver, está esta personita que adoro, y está mi pareja, y ahora somos tres, una pequeña familia. Y luego estoy yo y mis sueños y mis ideas y quiero que mi hijo tenga también sus sueños y sea feliz y darle un buen ejemplo. Tener un hijo te hace pensar mucho en qué habrán pensado tus padres al tenerte. Y en qué quieres hacer con tu vida realmente. Por eso entiendo a quienes dicen que te hace querer ser mejor persona. Eso debe dar al menos mil puntos de adulto como dicen por aquí mis amigas (son los puntos que consigues al hacer cosas "adultas" como encontrar un trabajo).
En otro post os contaré un poco más sobre eso de ser mamá, ahora me necesita mi peque.
Por otro lado no quiero cerrar este blog, porque si el otro blog va sobre Daniel, aquí me doy la libertad de escribir lo que pienso. Y por eso escribo hoy, porque quería contaros un poco de mis ideas, brevemente, entre el sueño y la poca capacidad de reordenar los pensamientos, os pido perdón anticipado por lo que van a ser pensamientos soltados libremente, poco coherentemente...
Vamos a ver, empezamos por dónde lo dejamos. Un bebé precioso, que se vuelve más precioso con el tiempo, que ríe, que adora a su mamá, que me tira del pelo y me mete las manos en la boca cuando le canto. No sé cómo explicarlo la verdad, no tengo las palabras. Lo adoro con toda mi alma. Es tal mi adoración que apenas ahora después de 9 meses- fuera de la tripa- empiezo a volver a ver el mundo, a mí, a nosotros, empiezo a ponerme en perspectiva.
Para explicarlo a los que no tienen hijos, una pasa tanto tiempo con el bebé colgado que te conviertes naturalmente en una mamá, eres la mamá de Daniel y pierdes un poco de tu "yo" de antes, en el sentido de que no tienes tanto tiempo para pensar, ser tú misma, hacer las cosas que hacías antes. No lo digo como algo negativo, es diferente, pero tienes que volver a definirte, a formar una identidad propia junto con la nueva identidad.
Pero ahora quizás lo empiezo a ver, está esta personita que adoro, y está mi pareja, y ahora somos tres, una pequeña familia. Y luego estoy yo y mis sueños y mis ideas y quiero que mi hijo tenga también sus sueños y sea feliz y darle un buen ejemplo. Tener un hijo te hace pensar mucho en qué habrán pensado tus padres al tenerte. Y en qué quieres hacer con tu vida realmente. Por eso entiendo a quienes dicen que te hace querer ser mejor persona. Eso debe dar al menos mil puntos de adulto como dicen por aquí mis amigas (son los puntos que consigues al hacer cosas "adultas" como encontrar un trabajo).
En otro post os contaré un poco más sobre eso de ser mamá, ahora me necesita mi peque.